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5 de Junio, 2009(8) LA RENOVACIÓN
Por Gino Iafrancesco V. - 5 de Junio, 2009, 15:20, Categoría: General
LAS PR0VISIONES DE Localidad de Teusaquillo (4 de mayo 2007) (Gino Iafrancesco V) Vamos a dar continuidad a lo que hemos estado viendo en estos viernes sobre las provisiones de la resurrección; especialmente la parte de hoy está íntimamente entrelazada como continuidad del capítulo anterior que vimos sobre la regeneración. Vamos a orar. Querido Padre: te damos gracias que por tu infinita bondad nos has concedido llegar hasta aquí; te rogamos Señor que podamos seguir recibiendo de tu compasión, el Espíritu que brote de tu compasión para que podamos levantarnos para Ti, levantarnos de todas nuestras caídas y fracasos, levantarnos Señor de nuestros hábitos, levantarnos de nuestro nivel para un nivel más elevados; no nos dejes estancados Señor, atráenos a Ti, que podamos en Espíritu superarnos a nosotros mismos, superar al mundo y al diablo, y la carne por medio del Espíritu Santo; te pedimos que a través de su sangre seas con nosotros, con tu Espíritu, que podamos leer tu palabra con verdadero aprecio, con el verdadero deseo de caminar en el Espíritu, que no seamos solamente oidores olvidadizos, sino personas que de todo corazón quieren tu socorro para caminar contigo; en el nombre del Señor Jesús, amén! Entonces, hermanos, vamos a abrir de nuevo la palabra del Señor como la vez pasada, en la epístola que el apóstol Pablo le escribió a Tito, donde nos habíamos detenido en una primera expresión y ahora necesitamos pasar a la expresión siguiente. En el capítulo 3 de esta epístola de Pablo a Tito, habíamos leído desde los versos 4 hasta el 7; volvamos a leerlos para tener el contexto más inmediato y dar continuidad con la ayuda del Señor: "Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por", primero, "por su misericordia", segundo, "por el lavamiento de la regeneración" y tercero "y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna". Entonces nos habíamos detenido en este pasaje, viendo como la provisión completa del Señor tiene un desarrollo progresivo en la medida que vamos poniendo nuestro pie en ella, como los israelitas tenían que poner su pie en la tierra que el Señor les había dado; El ya les dio la tierra, pero ellos tenían que poner el pie y no ser negligentes en poner el pie en la tierra, para que la tierra efectivamente pudiera ser posesión de ellos; aunque Dios se la había dado, sólo cuando ellos la disfrutaran podían decir que efectivamente la tenían y habían aprovechado lo que Dios les había provisto, porque a veces la provisión inmensa y grande de Dios no la aprovechamos toda, a veces solamente aprovechamos un poco; por eso necesitamos ver los distintos niveles de la provisión de Dios, las provisiones de la cruz y las provisiones de la resurrección. Habíamos visto que habla de una salvación y vemos que esta salvación, cuando dice aquí Pablo, como leímos, "nos salvó", no se refiere solamente al primer aspecto inicial de la salvación, al aspecto jurídico del perdón, lo cual está incluido, claro que sí, cuando dice: "nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia", entonces ahí está el perdón de Dios, ahí está la justificación por la fe, está el aspecto jurídico de la salvación; es decir que cambia nuestra posición jurídica y objetiva delante del justo juicio de Dios; pero el interés de Dios no es solamente cambiar nuestra posición objetiva exterior jurídicamente en su presencia; El también quiere cambiarnos a nosotros mismos; por eso la salvación de Dios tiene otros aspectos, por eso no se contentó Dios solamente con perdonarnos, sino que nos regeneró en el inicio de la regeneración; claro que ese inicio de la regeneración, o de la nueva vida de Dios, el Espíritu del Señor, la vida eterna, la naturaleza divina que viene de su vida, vienen a nuestro espíritu; pero eso es lo inicial; el objetivo de Dios es que de nuestro espíritu, la vida divina pase a nuestra alma y la vida divina pase también a nuestros cuerpos mortales, y la vida divina nos dé también un cuerpo glorioso de resurrección y nos edifique como un solo cuerpo glorioso para el Señor; todo eso es parte de la gran salvación de Dios; la salvación no es sólo el perdón y que no nos vamos para el infierno definitivamente; la salvación es que somos librados también de nosotros mismos, somos librados del mundo, somos librados de Satanás, somos establecidos, trasladados al reino de su amado Hijo y estamos en ese reino en el espíritu y también ese reino toma posesión de nuestra alma y nuestra alma toma posesión de la vida y del reino y también nuestro cuerpo, y también la naturaleza será libertada de la esclavitud de corrupción para que participe con nosotros y nosotros con la naturaleza en una tierra nueva y en un cielo nuevo; o sea, la gran salvación de Dios es grande, pero comienza, la regeneración comienza en nuestro espíritu; entonces esa era la parte siguiente del aspecto orgánico después del jurídico donde dice en segundo lugar, después del primero, "por su misericordia", el segundo "por el lavamiento de la regeneración"; o sea que la regeneración, el nuevo nacimiento, pone en nosotros la vida del Señor y la vida del Señor es una vida que fluye, la vida del Señor, como dijo el Señor Jesús, "el que a mi viene, de su interior correrán ríos de agua viva" y explica San Juan por el Espíritu Santo: esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en El; pero entonces la palabra clave en este contexto en el que estamos hablando es la palabra griega "ek", de su interior, o sea, "desde" su interior, el correr del fluir de los ríos del Espíritu, es desde el espíritu, pero es hacia el atrio también, pasando por el lugar santo; el fluir de Dios viene desde el lugar santísimo y la intención de Dios es que pase por el lugar santo, pase por el atrio y salga a las naciones; por eso no podremos morir en la consumación final del plan de Dios, de nuevo, porque aquí ya estudiamos Apocalipsis, una figura apocalíptica al final del capítulo 21 y en el 22, prácticamente comenzando el 22 vamos a llegar allí desde el verso Quiero llamarles la atención a este fluir desde el lugar más íntimo, desde el lugar central, desde la capital del universo, desde el trono de Dios; debajo del trono fluía el río de agua limpia, ese río venía hacia la ciudad, iba pasando por en medio de la calle de la ciudad, que es una sola calle que desciende como rampas a los alrededores de esa pirámide que es Vamos a mirar primero estas figuras, porque las figuras exteriores nos ayudan a entender la experiencias interiores. Vamos al libro de Ezequiel, al capítulo 47; vamos a ver la figura ahora respecto del Milenio; aquella fue respecto de Vamos a leer primero la parte del oriente que está en el capítulo 47 de Ezequiel y dice al final del verso 2: "y vi que las aguas salían del lado derecho", o sea hacia el sur, como lo dice al final del verso 2, del lado derecho de la casa, al sur del altar. "Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente"; entonces ya está imaginando que él salió de la ciudad y subió hacia el norte por fuera, por el camino de afuera, porque la ciudad está rodeada por un camino hasta hoy, y luego en vez de seguir al norte él vio desde el oriente, entonces dice acá: "y vi que las aguas salían del lado derecho", porque si usted está mirando al oriente, entonces el lado derecho es el sur, o sea que la diestra queda al sur; al norte queda la siniestra. Verso 3: "Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar"; noten el fluir de Dios, cada vez es más fuerte, qué maravilla! "porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado". Lo que ahora es un desierto, después del Mar Muerto, es el desierto del Arabá, es como el fondo de un río anchísimo; va a ser este río, qué maravilla! Y luego dice: "Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre?" ; o sea, esto es para ver, por eso la pregunta: ¿Has visto? Esto es lo que Dios va a hacer. "Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río", él fue descendiendo, ahora va por la ribera, fue hasta la ribera occidental porque la ribera oriental es la de Moab y la ribera occidental es la de Israel; en esa ribera occidental, abajo donde comienza el Mar Muerto, allí está lo que era Sodoma y Gomorra; comienza a subir un poquito y allí está lo que era Zoar desde donde después más adelante Abraham miró hacia abajo y Lot fue bajando; sigue subiendo por el borde oriental del Mar Muerto y llegamos a lo que era Masada; sigue subiendo y ya cuando está por llegar al norte, está Engadí, hoy se le llama Enguedi, pero en Verso 7: "Y volviendo yo", porque él vio hasta donde llegaban las aguas, el Señor le mostró hasta abajo, "vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado". Hoy es desierto, pero había muchísimos árboles; Dios le mostró la vida, eso es lo que hace el Señor, El introduce vida en el desierto, todo esto es para entender la figura de lo que quiere decir la renovación. "Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente"; o sea, primero es desde Jerusalén al oriente hasta el pie del monte de los olivos, y entre el monte Moriah donde está Jerusalén y el monte de los olivos al oriente, está el valle de Cedrón o el arroyo de Cedrón; por ahí descienden las aguas que empiezan a dividirse, bajando, bajando hacia el Arabá; entonces dice aquí: "salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar"; o sea, el mar muerto, y luego continúa por el Arabáhacia el mar Rojo al sur, sobre el Golfo de Akaba, donde está Eilat, donde era Ezión-Geber; allí desembocará el río para sanar las aguas; "y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos...", ya él dijo que habían dos ríos, pero el segundo él no lo describe; él supo que habían dos, aquí menciona a los dos, pero no describe sino uno; el otro lo describe Zacarías, él describe los dos; pero aquí nos damos cuenta de que Ezequiel sabía que habían dos, pero está describiendo sólo uno, y dice: "vivirá" . "Toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá"; entonces, cuando habla de alma viviente, digamos los animalitos, viven; pero hablando ya espiritualmente, nuestras almas son renovadas, vivificadas, o sea, esto es figura de la renovación en el Espíritu Santo. Seguimos: "Y toda alma viviente que nadare por donde quiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces"; ahora lo que hay es como si fuera un charco salado, que es el Mar Muerto, donde no hay ni un pez; pero dice: "habrá muchísimos peces por haber entrado allá esta agua, y recibirán sanidad, y vivirá todo lo que entrare en este río". Que maravilla! "Y junto a él", o sea a la ribera del río, "estarán los pescadores"; ahora no hay pescadores, ahora procuran traer aguas por mangueras, y en un rinconcito del desierto, ahí donde está la montaña que sube y arriba del Arabá y a la subidita a la esquina de la montaña ahí está En-gadí donde se escondía David; y ahora hay como una especie de bases allí, con plantaciones, con agua que traen en mangueras; dice que desde ahí comenzarán los tendedores de redes de pescadores que van a pescar en ese río. Qué maravilla. Y dice: "desde En-gadi hasta En-eglaim", o sea, toda la ribera occidental desde arriba hasta abajo, desde la parte montañosa, esa montaña que va al sur, que va bajando y sigue bajando, son las montañas que son de Seir, se llaman los montes de Esaú; entonces todo eso va a ser vivificado y dice: "será su tendedero de redes, y por sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande. Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas. Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario, y su fruto será para comer, y su hoja para medicina". ¿Se dan cuenta como ya en el Milenio comienza a anticiparse Ahora vamos a Zacarías para completar el cuadro y luego sí pasamos a la aplicación espiritual. Zacarías capítulo 14 versículo 8: "Acontecerá también en aquel día..."; si ustedes se dan cuenta por el capítulo, que es la introducción del Milenio, lo que aparece al comienzo del capítulo es la séptima taza, corresponde la séptima taza de la ira, la número siete y ya para el final establecer el Milenio; los reinos del mundo vinieron a ser del Señor. "Acontecerá también en aquel día que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental"; o sea, éstas fueron las que vio Ezequiel; "y la otra mitad...", porque Ezequiel dijo que había dos ríos, pero él no describió el otro, sólo uno; aquí está el otro: "y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno", no importa la estación, haga frío o haga calor, siempre habrá aguas; entonces es una figura exterior de lo que también es una experiencia espiritual interior. El hermano Watchman Nee interpretaba espiritual y físicamente Ahora vamos a ver otra tipología, para después pasar al Nuevo Testamento. Vamos al Libro de Crónicas, al Libro 2º de Crónicas, al capítulo 5, para ver otro tipo de tipología aquí en relación a este fluir del dispensarse de Dios en Espíritu a nuestro ser. En el capítulo 5 se describe el traslado del Arca por el Hijo de David al lugar santísimo en el templo; el hijo de David es Salomón, que es figura de Cristo; y una de las cosas tenía que hacer el hijo de David era construirle casa al Padre. Dios le había dicho a David: Mira David tú has derramado mucha sangre, tú no me edificarás casa, pero tu hijo que nacerá de ti, él me edificará casa; entonces Salomón le edificó casa, pero eso es apenas una figura de la edificación del cuerpo de Cristo por el verdadero Hijo de David que es el Señor Jesús, el Señor Jesús es el verdadero Hijo de David que edifica el cuerpo de Cristo que es el verdadero templo de Dios; pero aquella era la figura material de la realidad espiritual, que entonces nos sirve como sombra, como figura, como maqueta para discernir las cosas espiritual. Entonces en este capítulo 5 Salomón lidera la entronización del Arca en el lugar santísimo, que quiere decir la formación de Cristo en la iglesia, que es lo que lidera el Señor Jesús: que Él se forme en su iglesia; y en medio de todos los detalles, que son muchos y no tenemos tiempo de considerarlos en detalle hoy, vamos a detenernos un poquito desde el verso 7 y vamos a leer hasta el 9: "Y los sacerdotes..."; ahora todos nosotros somos sacerdotes y debemos colaborar con la entronización de Cristo. Dice así: "Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar"; o sea, el lugar del Señor es el lugar primero, el lugar central, el lugar de preeminencia; nunca debemos hacer nada que le quite a Él esa preeminencia; y cuando lo hacemos, debemos pedir perdón y desagraviar al Señor. Entonces luego dice aquí: "en el santuario de la casa"; ese es su lugar, ahí metieron el Arca, "en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines"; podríamos decir que esto se inicia con la regeneración. Cuando somos regenerados, el Señor viene a nuestro espíritu; pero miren el versículo 9, pero leamos desde el 8: "pues los querubines extendían alas sobre el lugar del arca"; los querubines son los guardianes que están los extremos porque Dios habla sobre el propiciatorio bajo las alas de los querubines, en el lugar santísimo; allí se declara Dios, allí es donde Dios nos habla, en el lugar más íntimo; "y los querubines cubrían por encima así el arca como sus barras". Estas barras son las barras del Arca; o sea que el Arca tenía que tener en sus extremos abajo, unas argollas por las cuales se pasaban las barras con las cuales los levitas cargaban elArca; el peso del Arca sobre los corazones de los levitas hacía que el Arca fuera llevada; o sea que esas barras nos hablan del desplazamiento del Arca, del mover del Espíritu, del mover, de la circulación de Dios; el Arca no era estática, el Arca debía circular, el Arca debía correr, el Arca debía presidir; de hecho, cuando iba a haber una guerra, ellos llevaban el Arca, y con sólo el Arca ya los enemigos salían disparados; o sea, el Arca no está para quedarse quieta, el Arca tiene que circular; y miren donde empieza la circulación, miren el verso 9, pongan atención al verso 9 que es muy significativo: "E hicieron salir las barras, de modo que se viesen las cabezas de las barras del arca delante del lugar santísimo"; o sea, en el lugar santo, "mas no se veían desde fuera, y allí están hasta hoy"; o sea, hasta cuando Samuel con Natán y Gad completaron este libro de Crónicas, este libro se llama "Las Crónicas de Samuel, Natán y Gad"; la historia que está en el libro de Samuel, los libros que se llaman de Samuel fueron escritos por Samuel, Natán y Gad; Reyes fue escrito por Jeremías y Baruc, y Crónicas fue escrito por Nehemías, pero basado en esas crónicas anteriores que vienen desde Samuel, se repiten otra vez en Crónicas; el testimonio cercano fue el de Samuel, y las crónicas de Samuel las completó Natán y las completó Gad; y luego, basados en otros testimonios de los profetas contemporáneos a los hechos, Jeremías, con Baruk, escribió el libro de Reyes; y luego, basado en esos testimonios, Nehemías volvió a contar la historia en Crónicas; o sea, el testimonio viene desde la época de Samuel y llega hasta Nehemías. Dice aquí en el verso 9: "hicieron salir las barras"; o sea, las barras que representan la movilidad, la circulación, daban señal en el lugar santo, pero no se veían desde afuera porque había un velo; quiere decir que es como si las dos barras empujaran el velo un poquito y ese turupito que formaban las cabezas de las barras hacia fuera eran la señal de la presencia del Arca; esto es muy significativo, hermanos, esto todo es muy significativo, estas barras representan lo mismo que el río, porque el río representa el fluir, el dispensarse de Dios desde el lugar santísimo hacia el lugar santo, hacia el atrio, hacia el exterior; o sea, el fluir de Dios de adentro hacia fuera, es lo mismo, las dos barras representan la movilidad del Arca, el fluir del Arca, la circulación del Arca; y esas barras empujaban el velo de manera que señalaban al lugar santo la dirección del Arca, ¿me comprenden? ¿Qué dirección tenía el Arca? quiere decir que en nuestro espíritu nosotros recibimos la dirección hacia nuestra alma; por eso vamos a ver que hay un aspecto que es la regeneración inicial, que es para la regeneración total en la resurrección, y hay un aspecto que es la renovación que comienza en el espíritu, comienza en el lugar santísimo, pero tiene que pasar al alma. El objetivo de Dios es que lo que recibimos en el Señor y fluye en el espíritu, pase también al lugar santo; y por eso las barras mostraban la dirección del Arca en el lugar santísimo; no se veían, pero se discernía hacia donde se dirigía el arca; esa es una experiencia espiritual; nuestro espíritu es el que recibe la dirección, y la pasa ¿a quién? a nuestra alma; nuestra alma debe interpretar la dirección del Espíritu. A veces el Espíritu de Dios se mueve en nuestro espíritu y no sabemos que es lo que El nos está avisando, ¿por qué esa revolución?, ahí tenemos que orar hasta poder interpretar, para que el Espíritu alumbre los ojos de nuestro entendimiento, porque el entendimiento corresponde al nivel del alma y a veces no entendemos qué sucede en nuestro interior. A veces las hermanas van a profetizar; al principio no saben cual es la frase que tienen que decir; está el mover del Espíritu en el espíritu hasta que el alma interpreta la primera frase, la segunda, la tercera, la cuarta, y así pasó del santísimo al santo; es la circulación, es como las barras mostrando como el Señor dirige de adentro hacia fuera. Ahora vamos a ver eso en el Nuevo Testamento, porque primero vimos la tipología, porque la tipología está para ayudarnos. Pasemos a 1ª a los Corintios, vamos al capítulo 14, vamos a leerlo desde el versículo 9. Ya desde el capítulo 12, pasando hasta el 14, son capítulos de tratamiento de las manifestaciones carismáticas del Espíritu. La vez pasada hicimos mención de las diferentes manifestaciones del Espíritu; y en estos capítulos, la vez pasada nos detuvimos en el 12; hoy nos detendremos en el 14, en esta sección de 1ª a los Corintios, que es una carta para poner en orden las cosas prácticas de la iglesia en la localidad; el aspecto carismático está siendo puesto en orden aquí. Leamos desde el 9, verso 9 del capítulo 14; entonces dice así: "Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decías? Porque hablaréis al aire". Está hablando del don de lenguas; o sea, hay una oración en el espíritu, hay un gemir en el espíritu, que cuando colaboramos con él, como dice la palabra: Abre tu boca y yo la llenaré, te produce otras lenguas, y tú hablas por el Espíritu en otras lenguas, y hablas a Dios; pero si no se te entiende, ni tú entiendes, es como si hablaras al aire; entonces ¿qué hay que hacer? Miren lo que sigue diciendo: "Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro el valor de las palabras (o sea, el significado, el sentido espiritual) seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mi. Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia. Por lo cual, el que habla en lengua extraña (o sea que el Espíritu se manifiesta en su espíritu, hasta el punto que incluso le da otro idioma, ¿qué debe hacer?) pida en oración poder interpretarla"; o sea, ¿cuál es la dirección apostólica por el Espíritu Santo? Que no se quede el dispensarse de Dios solamente en nuestro espíritu, sino que intercedamos al Señor para que ese fluir pase a nuestra alma, pase a nuestro entendimiento, para poder interpretar con la mente, que tiene sede en el alma, para poder interpretar el movimiento del Espíritu en nuestro interior y pueda iluminar los ojos de nuestro entendimiento, de manera que podamos interpretar hacia donde nos conduce el Espíritu; interpretar, o sea, abrirle espacio al río que viene desde el lugar santísimo para que corra también hacia el alma, así como aquellas dos barras salen del santísimo e indican la dirección en el lugar santo; así también, cuando el Espíritu se mueve en nuestro interior y no sabemos de qué se trata, debemos parar, interceder hasta entender que es lo que está pasando, entender al Señor; no solamente quedarnos con aquella percepción que el espíritu percibe, pero a veces la mente está engrosada, es como una cañería que está tupida, que está trabada y hay que limpiarla para que pueda fluir de adentro hacia fuera el río y pueda llevarnos a nivel de los tobillos, después de las rodillas hasta los lomos y luego nadar en el río, ser llevados por el río. Entonces sigue diciendo acá: "El que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla". Dios quiere que nosotros le abramos espacio al fluir del Espíritu que viene desde el interior hacia el exterior; y sigue diciendo: "Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento. Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? Pues no sabe lo que has dicho. Porque tú, a la verdad, bien das gracias; pero otro no es edificado. Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida". El hablaba en lengua desconocida, en privado, pero en la iglesia lo importante es edificar; o sea que el fluir del Espíritu, el fluir de la vida es para edificar, para eso es la vida, para edificación, ¿amén? Entonces aquí en este pasaje nos damos cuenta del querer de Dios; el querer de Dios es que el dispensarse de Dios, el Padre en plenitud, que vino plenamente en el Hijo, la plenitud de Ahora llegamos a una palabra nueva, que es la palabra "renovación", que tiene que ver con el paso del Espíritu de Dios desde nuestro espíritu a nuestra alma; esa es la renovación; la regeneración comienza cuando la vida divina que estaba sólo en Dios, que vino a nosotros en Cristo, y el que tiene a Cristo tiene la vida, y El sopló su Espíritu para entrar en nosotros; entonces cuando la vida divina, el Espíritu de Dios, vino a nuestro espíritu, se hizo un solo espíritu con nosotros, ahí nacimos de nuevo, del Espíritu, esa es la regeneración, o sea, el comienzo de la regeneración; fuimos regenerados en espíritu con el objetivo de que también nuestra alma, y nuestro cuerpo definitivamente en el día de la resurrección, también participen de la vida nueva de Dios; entonces por eso Jesús habla también de la regeneración como la resurrección, pero comienza en el espíritu, y tiene que pasar por el alma. Cuando comienza en el espíritu, esa es la regeneración en cuanto a nuevo nacimiento, la primera parte de la regeneración; pero cuando del espíritu pasa hacia el alma, eso se llama "renovación"; o sea que la renovación es cuando el correr del río ya pasó para el lugar santísimo; ahí es donde brota y pasa para el lugar santo, para nuestra alma, o sea para nuestra mente, para nuestro entendimiento, para nuestros sentimientos, para nuestra voluntad; ahí es cuando somos renovados, pero claro que la renovación comienza en el espíritu y vamos a ver eso en el Salmo 51, inicialmente; vamos allí y vamos a ver el comienzo de la renovación por el Espíritu Santo en nuestro espíritu. Vamos a leer por lo menos la primera parte de este Salmo que nos ayuda mucho porque David pecó, el título que está en letras chiquitas, que está debajo del título de las Sociedades Bíblicas, es parte del texto sagrad; a veces los hermanos van a leer un Salmo y se olvidan de leer esa letra chiquita, pueden olvidarse de leer el título; por ejemplo, las Sociedades Bíblicas dicen: "Arrepentimiento y plegaria pidiendo purificación"; bueno, eso fueron las Sociedades Bíblicas, pero el texto sagrado, el texto masorético, el texto hebreo, no lo pone en letras más chiquitas, sino en letras iguales al resto del texto, eso es inspirado también; no se salte las letritas porque esas letritas lo ubican a usted en el contexto. Y dice allí: "Al músico principal. Salmo de Vida, cuando después que se llegó a Betsabé, vino a él, Natán el profeta"; o sea, David pecó, envió a la muerte a un hombre de una manera solapada, lo puso en lo más difícil de la batalla para quedarse con su esposa, después que adulteró con ella; ese fue un pecado grave de David; él pecó y en esa ocasión cuando Natán lo reprendió y él se arrepintió, ahí fue cuando escribió este Salmo. Si usted no lee ese pedacito, no va a entender mejor el Salmo; entonces ahí dice: "Ten piedad de mi, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad (o sea, él sabía que eso es maldad) y límpiame de mi pecado"; le pone los puntos a las íes; él no dice: era que yo era debilito, no, él le llama maldad y le llama pecado. Hay que ponerle los puntos a las ies; esos arrepentimientos así a groso modo no son verdaderos; hay que confesar las cosas como son y pedir perdón, para alcanzar entonces así misericordia. "Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, (no sólo contra Urías) contra ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos, para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio". Reconoce que él pecó, para honrar la palabra de Dios; la palabra de Dios le llama a eso pecado y Dios es justo en sus juicios y David no va a insistir en lo de él, sino que va a aceptar el paradigma de Dios y no va estar en el propio. "He aquí, en maldad he sido formado"; esto fue lo que vio Pablo en Romanos 7, "en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre"; como quien dice, heredé la naturaleza pecaminosa y he aquí que se manifestó en lo que yo soy y en lo que he hecho. "He aquí, tu amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame". Aquí en el título de las Sociedades Bíblicas se refiere sólo al principio que es el aspecto jurídico; pero la oración de David va más allá del aspecto jurídico de la purificación; miren: "Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría (porque estaba bien abatido) y se recrearán los huesos que has abatido." Ahí es vivificado el cuerpo mortal, aún los huesos, ¿se dan cuenta? ese es el atrio. "Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí", allí está, ya llegó, pasando de afuera para dentro. Cuando habla de los huesos abatidos está hablando del atrio, pero ahora va pasando al santo y al santísimo, habla del corazón y por fin llega al espíritu, entonces dice: "Crea en mi,. Oh Dios, un corazón limpio, y renueva (noten que la renovación comienza en el espíritu) un espíritu recto dentro de mi"; ese mi, es el alma, pero dentro de su alma está su espíritu. Cuando dice: renueva un espíritu recto dentro de mi, quiere decir que la renovación comienza por el espíritu, porque primero la regeneración es la base de la renovación; si Cristo no resucita, no viene el Espíritu; si no viene el Espíritu no comienza la regeneración, y mucho menos la renovación. Primero el Padre salió a nosotros en el Hijo, y el Padre y el Hijo vinieron a nosotros por su Espíritu, y su Espíritu vino a nuestro espíritu, nos hizo nacer de nuevo, y ahí comenzó la regeneración; ahí fuimos regenerados en el espíritu rumbo a la regeneración total de la resurrección, pero comenzó en el espíritu; pero ahora del espíritu tiene que fluir la renovación y dice: renueva un espíritu recto dentro de mí; esa rectitud es la función de la conciencia en el espíritu; o sea que la renovación comienza por la conciencia. Si la persona no tiene conciencia de lo que está mal, si sus paradigmas no son los mismos del Señor, el Señor le dice malo y yo le digo bueno, y a lo que El le dice bueno, yo le digo malo, entonces vamos en direcciones distintas. Arrepentirse es tomar la dirección del Señor y ver las cosas como El las ve y poner los puntos en las ies como el Espíritu los pone; ahí hay un verdadero arrepentimiento, si no, no. Entonces ¿ven donde la renovación comenzó? En el espíritu, renueva un espíritu recto, pero dice, dentro de mi, porque desde ahí es por debe pasar, tiene que pasar. Ahora miremos como el fluir pasa del espíritu a la mente. Vamos a la epístola a los Efesios capítulo 4, vamos a leer desde el verso 22 hasta el 25; ya en el 26 es el desglose de la esencia que está aquí; capítulo 4, versos 22 hasta el 25: "En cuanto a la pasada manera de vivir", o sea, en lo natural, en la carne, "despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme los deseos engañosos"; o sea, nuestro viejo hombre fue crucificado y por tanto en virtud de esa crucifixión con Cristo, en su nombre podemos despojarnos, nos toca despojarnos, "y renovaos;, ahora viene la renovación, ¿ven? "renovaos en el espíritu de vuestra mente", renovación tiene que ver con el paso de la vida del santo al santísimo, el río fluyendo, las barras saliendo hacia el lugar santo, la circulación de Dios, "renovaos en el espíritu de vuestra mente"; no es solamente en el espíritu, dice: un espíritu recto me sustente dentro de mi; o sea, desde dentro, tiene que circular al alma de David; y aquí dice: el espíritu de vuestra mente; o sea que la vida del espíritu tiene que pasar a nuestra mente, como leíamos: oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; o sea que la mente, como se dice en Romanos 8, tiene que ser puesta en el Espíritu para que la mente de Cristo llega a ser poseída por nosotros; por eso dice Vamos a 2ª a los Corintios 4:16; dice así: "Por tanto, no desmayamos, antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva..."; la renovación del hombre interior; o sea que la renovación comienza en el espíritu, el hombre interior es el espíritu, "se renueva de día en día", renueva un espíritu recto dentro de mi, pero del espíritu ¿a dónde pasa? A la mente, al alma; entonces vamos a ver eso en Romanos capítulo 12 donde vuelve a hablar de la renovación, que es la base de la transformación, que es otra de las provisiones de la resurrección, pero ven dónde comienza, resucita, asciende, va al Espíritu, nos trae su vida, su naturaleza divina con la ley del Espíritu dentro de El y viene a nuestro espíritu e inicia la regeneración, y luego inicia también la renovación, que es para que la vida pase del espíritu al alma, circule desde debajo del trono por el río hacia el santo, hacia el atrio y hacia las naciones, amén? Vamos al capítulo 12 verso 2 de la epístola de Pablo a los Romanos: "No os conforméis a este siglo"; miren, hay que ser inconformistas al statu quo, hermanos; si nosotros somos manejados por el ambiente, si somos manejados por el statu quo, vamos a deshonrar, vamos a agraviar al Señor, porque dice En la cruz se acabaron las diferencias de judío, de griego, de bárbaro, de escita, de hombre, de mujer, eso se acabó; pero ahora en la resurrección Cristo es el todo y en todos, eso es provisión de la resurrección, pero vamos por etapas, y la etapa de hoy es la renovación, o sea, recibir el Espíritu de Dios desde nuestro espíritu en todos los rincones de nuestra alma. Para nacer de nuevo basta un segundo, pero para ser renovados necesitamos toda la vida, porque tiene que haber grietas para el fluir a través de las grietas; y esas grietas se llaman desgastar el hombre exterior; el hombre exterior se va desgastando ¿para qué? para que no te apoyes más en ti mismo ni en tu propia prudencia, ni en tu propia fuerza, ni naturalidad, ni nada heredado de Adán, sino que con lo que Dios te dio a través de Cristo, le haces lugar a Cristo en todo; ya no piensas solo, piensas con Cristo, ya no sientes solo, sientes con Cristo, que haya el mismo sentir que hubo en Cristo, el mismo pensar, el mismo hablar para que no haya entre vosotros divisiones ; ahí nos damos cuenta de que pasamos ya al ámbito del alma, el río divino comenzó a fluir hacia el alma y tiene que fluir a diestra y a siniestra, al oriente y al occidente, llenar los mares y sanarlo todo, amén; pero eso es desde adentro para fuera, ponga atención al fluir desde adentro hacia fuera. Gracias hermanos. Transcripción: Marlene Alzamora Para revisión del autor |